Aprovechamos para recordaros que la próxima asamblea será el viernes 4 de Enero en la Morada, como podéis ver en el calendar de nuestra asamblea o en la agenda transmaricabollo de este blog.
La virgen
del Rocío era intersexual.
Lo
gritamos por las calles desde hace ya mucho tiempo: ¡la virgen del
Rocío, era un tío! Pues bien, nos equivocábamos. Mejor dicho, era
una verdad a medias. Recientes investigaciones de la Comisión
Internacional de Expertos en Historia de los Ritos y Supersticiones
Heterofamiliares han aclarado la incógnita de una vez por todas. El
mito de la madre virgen de nuestro folclore católico y de tantas
otras religiones más, se refiere a un mismo acontecimiento: la
autofecundación de una mujer que nunca conoció varón. Como tantos
otros relatos bíblicos aparentemente inverosímiles explicados hoy a
la luz de la ciencia (desde la destrucción de nuestra sacrosanta
ciudad de Sodoma, hasta las lluvias de ranas), podemos por fin
desvelar el misterio de la inmaculada concepción: la virgen era
intersexual.
Sus
sagradas gónadas reunían tanto tejido ovárico como testicular. Así
pudieron autofecundarse para gestar el embrión del niño Jesús.
Gracias a que todo el mundo sabía que el matrimonio entre José y la
virgen intersex era una tapadera para la conocida inclinación del
primero por los rollizos pastorcillos de Belén, no hubo nunca
ninguna duda de que María era a un tiempo la madre y el padre de la
criatura. Bien claro estaba en toda la región, además, que lo que
le molaba a la virgen era desflorar a las vírgenes del pueblo con su
poderoso clitopene, y que jamás compartió su lecho con hombre
alguno. La fama de la sagrada familia, marica él, indómita bollo
intersexual ella, se extendió rápidamente por toda la región, y el
resto es historia.
Dos
milenios y pico después, la Asamblea Transmaricabollo sale a las
calles para rebelarse contra el desvergonzado engaño al que la
Iglesia nos ha sometido durante generaciones. La irracional
heterosexualización de la concepción de Jesús, ángel Gabriel
mediante, nos revuelve las entrañas. Por eso, este año plantaremos
cara en las calles al mito de la anunciación, a los pavos, a
Inditex, a la Conferencia Episcopal y a todo aquel que pretenda
seguir ocultando este secreto a voces. Así como la tierra gira
alrededor del Sol, le pese a quien le pese, la virgen del Rocío se
autogestionó el embarazo.
Transmaribolleras
del mundo, este año hemos perdido, de nuevo, la inocencia. En estas
heteronavidades, no nos vamos de compras: tomamos las calles para
pasear nuestra indignación, para reclamar curro para todas y para
advertir a quienes nos gobiernan que seguimos aquí, que no nos
tragamos sus mentiras, ni sus recortes, ni sus fiestas. Si regalamos
algo, serán sólo camiones a las niñas, muñecas a los nenes y
dildos de comercio justo para las amigas.
Los reyes son las
madres y la familia nuclear es una gran mentira radioactiva.
Asamblea Transmaricabollo de
Sol
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