sábado, 15 de diciembre de 2012

Heterrornavidades

En estas fechas tan agradables para la comunidad transmaricabollo, en las que las diásporas queer nos revolvemos inquietas ante la posibilidad de tener que socializar con sus respectivas familias más o menos nucleares, reeditamos el texto que sacamos el año pasado sobre la historia de la virgen del rocío.

Aprovechamos para recordaros que la próxima asamblea será el viernes 4 de Enero en la Morada, como podéis ver en el calendar de nuestra asamblea o en la agenda transmaricabollo de este blog.




La virgen del Rocío era intersexual.

Lo gritamos por las calles desde hace ya mucho tiempo: ¡la virgen del Rocío, era un tío! Pues bien, nos equivocábamos. Mejor dicho, era una verdad a medias. Recientes investigaciones de la Comisión Internacional de Expertos en Historia de los Ritos y Supersticiones Heterofamiliares han aclarado la incógnita de una vez por todas. El mito de la madre virgen de nuestro folclore católico y de tantas otras religiones más, se refiere a un mismo acontecimiento: la autofecundación de una mujer que nunca conoció varón. Como tantos otros relatos bíblicos aparentemente inverosímiles explicados hoy a la luz de la ciencia (desde la destrucción de nuestra sacrosanta ciudad de Sodoma, hasta las lluvias de ranas), podemos por fin desvelar el misterio de la inmaculada concepción: la virgen era intersexual.

Sus sagradas gónadas reunían tanto tejido ovárico como testicular. Así pudieron autofecundarse para gestar el embrión del niño Jesús. Gracias a que todo el mundo sabía que el matrimonio entre José y la virgen intersex era una tapadera para la conocida inclinación del primero por los rollizos pastorcillos de Belén, no hubo nunca ninguna duda de que María era a un tiempo la madre y el padre de la criatura. Bien claro estaba en toda la región, además, que lo que le molaba a la virgen era desflorar a las vírgenes del pueblo con su poderoso clitopene, y que jamás compartió su lecho con hombre alguno. La fama de la sagrada familia, marica él, indómita bollo intersexual ella, se extendió rápidamente por toda la región, y el resto es historia.

Dos milenios y pico después, la Asamblea Transmaricabollo sale a las calles para rebelarse contra el desvergonzado engaño al que la Iglesia nos ha sometido durante generaciones. La irracional heterosexualización de la concepción de Jesús, ángel Gabriel mediante, nos revuelve las entrañas. Por eso, este año plantaremos cara en las calles al mito de la anunciación, a los pavos, a Inditex, a la Conferencia Episcopal y a todo aquel que pretenda seguir ocultando este secreto a voces. Así como la tierra gira alrededor del Sol, le pese a quien le pese, la virgen del Rocío se autogestionó el embarazo.

Transmaribolleras del mundo, este año hemos perdido, de nuevo, la inocencia. En estas heteronavidades, no nos vamos de compras: tomamos las calles para pasear nuestra indignación, para reclamar curro para todas y para advertir a quienes nos gobiernan que seguimos aquí, que no nos tragamos sus mentiras, ni sus recortes, ni sus fiestas. Si regalamos algo, serán sólo camiones a las niñas, muñecas a los nenes y dildos de comercio justo para las amigas.

Los reyes son las madres y la familia nuclear es una gran mentira radioactiva.

Asamblea Transmaricabollo de Sol

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