Un año más, la Asamble Transmaricabollo de Sol participa del
OctubreTrans Madrid.
Este año os invitamos a compartir con nosotrxs la proyección de
"Hedwig and the angree inch"
con picoteo y debate.
Queremos dedicar esta sesión a la activista argentina Amancay Diana Sacayán, militante travesti y dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL), quien apareció asesinada en su casa el pasado 13 de octubre, un día gris... más bien negro, en la historia del activismo trans, ya que hemos perdido a una compañera, una luchadora y un ejemplo.
¿Te lo vas a perder?
Sábado 17 de octubre a las 20:00h
Centro social - CSA Tres Peces Tres
Calle de los Tres Peces, 3
<M> Antón Martín o Lavapiés
“No hay mucha diferencia entre un muro y un puente, si yo no
estuviera en medio, tu no serías nada”
“Hedwig and the angry inch” (Hedwig y la pulgada
furiosa), musical sincero y avasallador
donde los haya, nació de una experiencia autobiográfica de su director: el
imprevisible John Cameron Mitchell, que con su segundo largometraje “Shortbus”
nos trajo a primer plano la belleza y también las angustias de la sexualidad en
todas sus formas concentradas en un club neoyorkino. Hegdwig fue un estallido
colorista nacido de la ira de los noventa y el new queer cinema, en esta
ocasión en formato de musical airado. Cameron Mitchell no sólo debutó como director
contando la experiencia de un tío suyo que tuvo que lidiar con fronteras
geográficas y de sexo/género en tiempos más arduos, sino que también se pone
delante de la cámara en un musical desenfadado pero reivindicativo que desafía
los roles y también a una sociedad
binarista, en el que el personaje busca por hacerse un hueco entre la
competitividad, el recelo y la traición.
Cuando lo compararon con “Rocky Horror”... el actor y realizador contestó que
al menos había intentado hacer algo bastante más político, más cercano a lo que
sigue pasando en pequeños clubes nocturnos, y en las calles de todo el mundo .
Las canciones, algunas tiernas y románticas y otras airadas o punks, cuentan parte de la
historia o estructuran el relato, pero el realizador ya muestra un extraño
cariño por todos sus personajes que en cierto sentido viven al margen, en mayor
o menor medida, escapando del pasado o del futuro, como cálida era la mirada a
los amantes sin descanso de “Shortbus”, una orgía de sentimientos y sensualidad. “Hedwig” transmite más ritmo y,
sin desprenderse de esa extraña mezcla de melancolía y colorismo que empaña
toda su obra, es su película más completa y perfecta hasta la fecha. Sus
canciones y sus números musicales no pasan de moda, y el actor-director ha
creado un personaje y un imaginario
entre el underground, la lucha política y la fantasía kitch sin parangón. Derribando
muros, trayendo recuerdos, con un extraño humor agridulce, “Hedwig” supera su
origen teatral para situarse entre los grandes hitos del cine queer e independiente
con los que se inauguró el nuevo
milenio.
(Comentario de nuestrx compañerx EduardoNabal)
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